¿Una vivienda más cara garantiza mayor eficiencia energética?
¿Una vivienda más cara es sinómimo de mayor eficiencia energética? Como bien sabemos una mejor calificación energética sí revaloriza el valor del inmueble y lo hace más atractivo en el escaparate inmobiliario, aunque no debemos confundirnos y pensar que el hecho de que una vivienda sea más cara va a conllevar siempre una buena nota en la tabla de consumo energético.
Si es cierto que el hecho de que un edificio sea más o menos eficiente puede tener un impacto directo sobre su precio de venta –según los expertos entre un 9% y un 30%-, pero hemos de tener en cuenta que para que una vivienda tenga un consumo energético reducido hay que analizar factores como la climatización, la orientación del inmueble, el año de construcción del mismo, la envolvente térmica así como los sistemas y equipos de calefacción y aire acondicionado. Por ejemplo sabemos que la orientación sur es más favorable mientras que la norte precisa de mayor gasto energético en invierno.
¿Inversión o mero gasto?
Muchos propietarios quieren poner en práctica las recomendaciones del técnico que ha certificado su vivienda pero tienen dudas a la hora de realizar las reformas. ¿Ayudarán realmente a mejorar la eficiencia energética de la vivienda? ¿Conllevará un ahorro?
Los expertos aseguran que es erróneo pensar que las inversiones que el técnico propone tras realizar el estudio energético de la vivienda y su certificación son un mero gasto de dinero. Estas medidas no son en ningún caso obligatorias aunque si son buenas a tener en cuenta si tenemos atendemos al ahorro que puede generarnos en las próximas facturas (al disminuir el consumo, disminuímos también el gasto).
Existen dos tipos de medidas para mejorar el nivel de eficiencia energético de las viviendas:
Las medidas activas, aquellas que mejoran la calefacción, refrigeración e iluminación.
Las medidas pasivas, aquellas que mejoran la envolvente del edificio.
En invierno y en verano las viviendas pierden una gran cantidad de energía debido a la falta de aislamiento que soportan los inmuebles. Reducir las infiltraciones, sellar el cerramiento exterior o llevar a cabo el aislamiento térmico en el interior y exterior son medidas que ayudarán a mejorar el consumo energético de la vivienda. En calefacción, por ejemplo, se puede llegar a ahorrar un 80%.
En definitiva podemos concluir que el certificado energético ayuda a revalorizar la vivienda, haciéndola más atractiva en el mercado inmobiliario. Sin embargo, ésto no debe hacernos creer que una vivienda más cara (por el hecho de su precio) llevará consigo la garantía de ser más eficiente energéticamente hablando.
Como hemos visto, hay que tener en cuenta factores como la climatización, la orientación del inmueble, la envolvente térmica y los sistemas y equipos de calefacción y aire acondicionado.
En este sentido, desde este Blog recomendamos estar atentos ya que los expertos han detectado que en ocasiones se “modifica” la etiqueta energética del inmueble (sin atender a su calificación energética real) con el único fin de hacerla más atractiva, incrementar su precio y obtener beneficio. Hecho sancionable ya que supone un falseamiento de datos con el que se engaña al futuro comprador.
